El Simbolismo fue en sus comienzos la reacción literaria en contra del naturalismo y realismo, movimientos anti-idealísticos que exaltaban la realidad cotidiana y la ubicaban por encima del ideal. Estos movimientos provocaron un fuerte rechazo en la juventud parisina, llevándolos a exaltar la espiritualidad, la imaginacion y los sueños.
LA LLEGADA DE LOS POETAS MALDITOS
los precursores del simbolismo fueron los franceses Arthur Rimbaud y paul Verlaine. Estos dos poetas, que para esa época tenían una azorosa relación amorosa, fueron decisivos para el arranque del movimiento. Rimbaud, que contaba con 17 años, fue el más influyente, al buscar lo que llamó su alquimia del verbo en la cual trataba de convertirse en vidente por medio del desarreglo de todos los sentidos. Con este pretexto pasó a sumirse, junto a Verlaine, en toda una ola de exceso, Sus obras más representativas y únicas fueron una temporada en el infierno e iluminaciones.
En cuanto a Verlaine, su libro de crítica literaria LOS POETAS MALDITOS se covirtió en el más influyente escrito dentro del Simbolismo hasta esa época, mostrando la verdadera esencia del movimiento. En él se exponían ensayos sobre Tristan cobiére, Arthur Rimbaud, Stephane mallarme, Marceline Desbordes-valmore y "Pobre Lelian" (anagrama del propio Verlaine); poetas a los cuales Verlaine bautizó como malditos. Verlaine expuso que dentro de su individual y única forma, el genio de cada uno de ellos había sido también su maldición, alejándolos del resto de personas y permitiéndoles de esta forma acoger el hermetismo y la idiosincrasia como formas de escritura. También fueron retratados como desiguales respecto a la sociedad, teniendo vidas trágicas y entregados con frecuencia a tendencias autodestructivas; todo esto como consecuencia de sus dones literarios. El concepto de Verlaine del poeta maldito fue en parte tomado del poema de Baudelaire llamado Bendición, que inicia su libro las flores del mal.

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